En un anterior artículo descubrimos qué es Lean UX, hoy continuamos profundizando en sus principios. Éstos deben ser considerados para una adecuada implantación dentro de la organización.
Lean UX representa una nueva etapa evolutiva en el diseño de productos. El factor humano es esencial, está representado por el Equipo de Desarrollo, Cliente y Usuarios. De la fluida comunicación entre estos actores llegamos a un cambio de mentalidad, es decir, de cómo hacer las cosas, de cómo enfrentar el trabajo.
Todo esto trae como consecuencia un cambio cultural en la organización. Algunas empresas les será más fácil poder ajustarse a esta nueva forma de hacer las cosas y a otras no: es necesario evaluar el impacto que va a tener este cambio y los beneficios e inconvenientes que llevará esta transición.
Los Equipos deben ser multifuncionales, debido a que se van a encargar de desarrollar todo el producto. Deben ser equipos que tengan todo el conocimiento necesario para llevarlo a cabo. Es necesaria una acción colaborativa entre los miembros del equipo, que permita una mayor eficacia en dicho desarrollo.
El equipo no debe ser mayor de 10 personas, cuya dedicación sea exclusiva al proyecto y que trabajen en el mismo lugar, es decir, coubicados. Es fundamental que en el equipo se den estas tres palabras: comunicación, concentración y camaradería.
Se promueve la conciencia a nivel de equipo y no la búsqueda de personas destacadas, debido a que estos miembros reducen la colaboración. Si añadimos individuos de este tipo a nuestro equipo, con grandes egos y determinados a brillar por encima de todos, se rompe la cooperación del equipo.
El equipo solo debe crear lo necesario para ir avanzando y evitar crear un gran stock, sin probar ni implementar. Si el grupo se concentra en aprender el crecimiento llegará por si mismo. Hay que tener en cuenta que si se lanza un producto o servicio y no comprobamos que lo que estamos haciendo funciona, no sabremos si vamos por buen camino. El asegurarnos de que una idea funciona bien antes de hacerla crecer, permite reducir el riesgo que conlleva un despliegue de funciones.
Es importante obtener feedback por parte del cliente para ver cuál es su experiencia, es decir, saber que están haciendo con nuestros productos y porque lo están haciendo. Esto debe ser llevado por todo el equipo de manera frecuente y regular. Todo esto nos permitirá validar nuestro trabajo. Además conseguiremos establecer una empatía con el usuario y con los problemas a los que tienen que enfrentarse.
Hay que eliminar todo aquello que no contribuya a conseguir el objetivo final del proyecto. El tema es centrar el foco en aquello que verdaderamente aporte valor y eliminar lo que nos distrae o reduce nuestra efectividad.
A través de herramientas visuales, el equipo expondrá su trabajo y permitirá el escrutinio público de compañeros, colegas y clientes. Esto nos ofrece la oportunidad de inspirarnos, conseguir nuevas ideas y hace que la información sea transparente a todos los actores que participan.
Las respuestas a las cuestiones más difíciles que tendrá que afrontar el equipo no surgirán de una sala de reuniones, sino de la reacción de los clientes. El debate de ideas es una pérdida de tiempo si no analizamos los potenciales escenarios. El equipo debe buscar soluciones para los problemas de negocio y no simplemente entregar una serie de funcionalidades. Debe encontrar su propias soluciones, cosa que permitirá el empoderamiento del proyecto.
El foco está en la entrega de valor, en la satisfacción del cliente, por lo tanto, estarán mucho más involucrados que en el pasado. Es preferible averiguar que nuestras ideas son erróneas antes de dedicar tiempo y recursos a construir un producto que nadie quiere. Son ellos los que tomarán la decisión de compra de lo que hemos diseñado. Cuanto antes le demos intervención antes veremos si nuestras ideas están listas para pasar a la fase de desarrollo.
El equipo tiene permiso para equivocarse, es decir, el hecho de experimentar puede acarrear que no se haya acertado. Es decir, el equipo debe tener la libertad de equivocarse. Este permiso significa que puede contar con un entorno seguro en el que experimentar. Una filosofía que se debe aplicar tanto en un entorno técnico como cultural de la organización. El permiso de equivocarse alimenta la cultura de la experimentación que, a su vez, da lugar a la creatividad. La creatividad por su parte hace que aparezcan soluciones innovadoras.
Debe haber un conocimiento, una comprensión del producto y de los clientes, que se construye poco a poco. Cuanto más sepa el equipo, como colectivo, de lo que está haciendo y de porque lo está haciendo, menos dependerá de informes de segunda mano y de documentos detallados para continuar con su trabajo.
Lo que verdaderamente se evalúa de un proyecto son los resultados y no la documentación que se entregue. Los documentos no solucionan los problemas de los clientes, sino que lo hacen los buenos productos. Lo que importa realmente es la calidad del producto y la reacción que provoca en el mercado. Es complicado predecir qué funciones contarán con el mayor aprecio por parte del público. Por eso habrá que tomar la decisión de mantenerlas, cambiarlas o sustituirlas a través del feedback que nos ofrezcan.
A grandes rasgos éstos podrían ser los principios fundamentales del Lean UX.
Equipo Tecnofor. 12 de Septiembre de 2017.